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El juego en línea multiplica por seis los riesgos de adicción: “Puedes apostar cuando quieras y a lo que sea” | Sociedad

Antes de cumplir la mayoría de edad, Unai Garma, bilbaíno de 26 años, ya se había hecho una cuenta en una casa de juego en línea. De las apuestas de un euro del fin de semana con los amigos para ver los partidos de fútbol “con más emoción” pasó a estar pendiente a todas horas del dinero arriesgado desde el móvil. Fue en ese momento cuando la dependencia se agravó. “Apostar por internet te da muchas facilidades para hacerlo cuando quieras y a lo que sea”, relata Garma. El juego en línea multiplica por seis los riesgos de adicción, según el informe Estudio de prevalencia de juego del Ministerio de Consumo, presentado a finales de octubre.

Del más de millón y medio de jugadores en línea activos que hay en España, un 11,54% tiene síntomas de riesgo de ludopatía, mientras que, de los que juegan presencialmente, el porcentaje se reduce a un 1,77%, según el mismo informe. Las máquinas de azar, con un 52%, o las apuestas deportivas, con un 18%, son dos de los segmentos con más riesgo. La encuesta realizada a más de 18.000 viviendas entiende como síntomas la mentira, la pérdida de control, la preocupación o la interferencia en otros ámbitos del día a día, entre otros.

Hay dos factores que potencian la adicción a través de internet: la facilidad de jugar a cualquier hora y en cualquier lugar y perder la noción del dinero apostado. Garma corrobora ambas y cuenta que mientras apostaba desde su habitación o en la universidad “nadie se daba cuenta”. También otro exjugador rehabilitado, un gallego de 44 años que prefiere mantener el anonimato, confirma los motivos del mayor riesgo. “No eres consciente del dinero; hubo un día que gané muchísimo y al día siguiente me lo fundí”, recuerda. En su caso, empezó directamente a apostar en línea para que no lo descubrieran. Fue en 2008, cuando su mujer se quedó sin trabajo. La adicción duró más de una década y dejó un reguero de deudas que todavía sigue devolviendo.

Para la psicóloga valenciana especializada en adicciones a los juegos de azar Sara Meca, las apuestas en línea tienen unas variables que aumentan el riesgo. “Las características ambientales, como la intimidad, la comodidad o la facilidad, o las estructurales, como la inmediatez de la recompensa o la velocidad, se agravan”, argumenta Meca. Una idea con la que coincide el director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), Juan Lamas, quien arguye que existen cuatro rasgos que inciden en la adicción: “La accesibilidad, la disponibilidad, el anonimato y la edad de inicio”.

Echar un vistazo en cualquier casa de apuestas basta para comprobar la infinitud de posibilidades para arriesgar que hay. A todas horas, todos los días del año. Desde los saques de esquina que se van a sacar en un partido de fútbol hasta quién va a ganar el siguiente punto en uno de tenis. Con la obsesión de recuperar el dinero hurtado de la hucha familiar o prestado de sus amigos, Garma cuenta que incluso llegó a apostar a “un partido de bádminton tailandés o a carreras de galgos”, sin conocer siquiera quiénes participaban.

La inabarcable oferta y el cambio en la tendencia del consumo son síntomas del auge de los juegos de azar y apuestas en línea en la última década. El volumen de negocio no ha parado de crecer, pasando de 110 millones de euros de ingresos en el primer trimestre de 2012 a 824 millones en el primero de 2023, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

En la actualidad, el juego en línea representa el 8,7% del gasto total en juego —diferencia entre las cantidades depositadas y retiradas por los clientes— y mantiene su tendencia ascendente desde que se reguló en 2011, según el Anuario del juego en España 2022, elaborado por el Consejo Empresarial del Juego.

Ansiedad e insomnio

Los puntuales estímulos con las apuestas ganadas eran una excepción entre una sensación de ansiedad constante, según relatan ambos jugadores rehabilitados. A Garma le daba “vergüenza” quedar con su grupo de amigos por si le sacaban el tema. “Vivía en una inquietud constante, con nerviosismo y sin poder dormir”, relata.

El sueño también fue uno de los primeros damnificados en el caso del jugador rehabilitado gallego. “A veces me despertaba a las tres de la mañana y me ponía a comprobar cómo iban los resultados; otras, lo hacía nada más levantarme”, recuerda. Una obsesión que le impedía disfrutar de “una cena con los colegas o una conversación con su mujer”, ya que su mente se evadía pensando en las apuestas.

La psicóloga alude a esa pérdida de círculos como uno de los principales síntomas cuando la adicción está más desarrollada. “Hay una ansiedad y un estrés financiero que te acaba alejando del área social, la familiar y la laboral”, explica Meca.

Al bilbaíno de 26 años, su familia le pilló cuando llevaba “uno y pico” ocultándolo. Le ofrecieron elegir entre empezar una terapia grupal para rehabilitarse o echarlo de casa, y escogió la primera opción. “Era el día de mi cumpleaños y ahí abrí los ojos. En la terapia había personas más mayores, que contaban que estaban endeudadas, que habían tenido que vender el coche o que se habían divorciado. Con 20 años, me asusté”, confiesa Garma. No fue tan sencillo para el gallego de 44 años, que recayó en el juego. “Es una enfermedad de por vida. Yo hago por controlarlo y me mantengo alerta, pero no pondría la mano en el fuego por mí”, espeta.

La preferencia del juego en línea o el presencial tiene un componente generacional. La población entre 18 y 45 accede mayoritariamente a través de internet, mientras que, a partir de los 46, la opción presencial es la favorita. También el género es un factor distintivo: entre los jugadores en línea, alrededor del 80% son hombres, un porcentaje que se reduce hasta el 52% en el caso de los que apuestan en lugares físicos.

La digitalización de la población más joven es uno de los argumentos que esgrimió la asociación mayoritaria del juego en línea, JDigital, en un comunicado publicado tras conocer el estudio, para explicar esta tendencia. También opinan que la “mayor visibilidad de la sintomatología de posibles problemas relacionados con el juego responde a una mayor conciencia de la población más joven de aspectos relacionados con la salud mental”.

Con el objetivo de reducir la ludopatía, el Consejo de Ministros aprobó en noviembre de 2020 un real decreto que regulaba la publicidad de las casas de apuestas. La norma prohíbe los patrocinios deportivos y la aparición de personas famosas y relega los anuncios al horario de madrugada, entre la una y las cinco.

La legislación aprobada en 2020 concretaba los artículos 7 y 8 de la Ley de Regulación del Juego de 2011. Este miércoles, la Dirección General de Ordenación del Juego, dependiente del Ministerio de Consumo, cerró 14 portales web e impuso multas por un valor total de más de 71 millones de euros.

A pesar del intermitente proceso de rehabilitación, el exjugador gallego valora haber recuperado su vida anterior. “Mi mujer ha sido la máquina de mi vida, me ha aguantado mucho”, comenta emocionado. Garma ha seguido unido al mundo del juego, pero desde el lado de la concienciación, y ha impulsado el proyecto A 90 grados, enfocado a la prevención y detección de adicción a las apuestas. También utiliza su cuenta de Tik Tok —@ugarma14— para divulgar su experiencia. “Quise echar una mano, que mi experiencia sirviera para aportar ese granito de arena”, sentencia Garma.

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